Su propietario, Manoj Lakhany cree firmemente en una cocina sabrosa, sin complicaciones, en definitiva, la de su familia, la de sus orígenes.
Un valor que siempre tengo en cuenta, es que me encuentro una cocina casera (algunas de sus recetas proceden de su abuela), y eso significa disfrutar, por ejemplo, de unas Sana Pakoras de harina de garbanzos y verduras (foto portada). Gran comienzo a una gastronomía con una inmensa riqueza, tanto por la gran variedad de ingredientes y diversidad de especies como ya comentamos en Hule y Mantel.
Seguimos con el recorrido de sabores, y pasamos a los Sheekebabs de pollo y de cordero (carne molida con especias) acompañadas de naan (pan); Masala dosas, plato típico del sur de la india, crepe de arroz relleno de papas especiadas con sambal de verduras y chutney de coco; Korma de carne de soja y verduras con arroz basmati; y como final antes de los dulce, Paneer Tika con naan de coco, requesón macerado en especies Tika y Butter chicken (pollo en salsa de mantequilla y verduras) y Pullaw con guisantes (arroz con especias y guisantes).
Manoj cuida el aspecto de vinos que casan muy bien con el concepto indio.
Y como final, un gran postre, Kulfi clásico de frutos secos y vainilla con sirope de esencia de rosas y Sai mithay (dulce de leche y almíbar con frutos secos) y Mao (dulce de leche y almíbar con cardamomo y clavo).
Es un restaurante, en el que todos sus platos están listos para llevar a casa, también en una línea estrictamente vegetariana.
Les animo a disfrutar de este tipo de cocina, muy sabrosa y rica. Y también a descubrir más lugares en mi perfil de Instagram.







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