Vuelvo a presentar mi visión gastronómica de Kiki Restaurante (ya publicada en mi blog el 16 de marzo del presente año), con motivo de la visita de un grupo de gastrónomos amigos de Gran Canaria. Menú perfecto, medido, y ambiente insuperable.

En líneas generales se puede argumentar que Kiki Restaurante se supera en excelencia día a día, con un gran producto y elaboraciones niponas de enorme precisión.

Un gran comienzo, el combinado Kiki Mule, deja las puertas abiertas a una secuencia de sabores realmente especial.

Un menú con un maridaje perfecto: Raventós i Blanc de la Finca Magnum 2017; Malvasía Aromática, Bodega El Sitio; El Paraguas D.O. Ribeiro Treixadura, Albariño; PSI 2018 de Ribera del Duero, y cierre con un fenomenal Sake.

Destaco los platos, los Sashimi Kiki Especial (24 cortes de sashimi de pescados y moluscos variados); El Tartar Toro; El Nigiri Akami, de arroz crujiente con tartar de atún; El Nigiri Toro; El Nigiri de Vieira con mantequilla de trufa; La Tempura de Verduras y Langostinos; los Uramaki Sake-Lima y Obako de nuestro plátano de canarias, y como plato de carne, el Ahiru Umeboshi, magret de pato con salsa de ciruelas negras y cebolla encurtida en vinagre de arroz.

Y como cierre dulce, dos excelentes postres, Crepes Fuji, crepes con helado de manzana verde y crumble de sésamo y Coulant de chocolate al 70% con wasabi y helado de fresas.

El servicio en sala es uno de los grandes baluartes de este restaurante de Santa Cruz, con Lolo Crusellas al frente, y Efrain Rebolé como Sumiller, y los chef, Bernabé Gutierrez y Jorge Villaroel. Un lujo.

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